lunes, 24 de agosto de 2009

Mauro, el indicado

Habíamos empezado una relación hermosa. Super compatibles, en todo sentido. El fin de semana siguiente, mi confusión estaba prácticamente aclarada. Viajé a Mar del Plata y ya me estaba acostumbrando a él.

Los meses que siguieron fueron complicados. Nuestra relación era más telefónica que otra cosa. Nos veíamos fin de semana por medio.

A Piru se le había ido un poco el enojo. Cada tanto, nos mandábamos mensajes para saber cómo estábamos.

Un buen día mi ex amigo personal me mandó un mensaje preguntándome cómo me estaba yendo en la facu. Al minuto me suena el celu, era Mauro. Muy contenta le conté que Piru me había escrito. No me dijo nada.

A la noche él salió al boliche. Se mamó (como era su costumbre) y me llamó 6 de la mañana por teléfono (como era su costumbre). Comenzó a hacerme un planteo, me decía que no entendía por qué seguía en contacto con Piru. Enfurecida, contesté que era mi amigo y también de él. No entendía su reacción, él me conocía así y si no fuera por Piru no nos hubiésemos puesto de novios jamás.

Un día me vine al pueblo, sola. Llegué y lo llamé a Piru. Le dije que necesitaba verlo y hablar con él. Se puso re contento de recibir noticias mías. Llegué a su casa con una novedad. Me había operado las lolas. Recuerdo que me vio y su primera frase fue se notan ehh!! Largamos la carajada los dos.

Nos sentamos y sentí que le debía una explicación. Le dije que lo de Mauro no había sido a propósito, que no fue para hacerle daño. También le expliqué que Mauro no quería que hable más con él.

Piru no me creyó esto último. Me dijo que no podía ser, que él a Mauro lo conocía y que era incapaz de prohibirme cosa semejante.

Le contesté que él lo conocía como amigo, no como pareja.

Me confesó que ellos nunca habían hablado de mí, que entre ellos se juraron nunca pelearse por una mina. Yo le dije que estaba de acuerdo, que no quería que se pelearan, pero que si Mauro se enteraba de que yo estaba ahí me iba a matar.

Ahí mismo, hicimos un pacto. Le íbamos a decir a Mauro que nos encontramos por la calle y que Piru me había invitado a tomar mate. En seguida lo llamó por teléfono.

Mi ex amante y mi actual pareja dialogaron amablemente. Luego, Piru me pasó el teléfono. Hola, dije con voz de “yo no hice nada”. Lo que recibí del otro lado fue un “después hablamos” y me cortó.

Llegué a casa y discutimos, discutimos y discutimos. Hasta que salió el famoso ultimátum. Ó él, ó yo, me dijo Mauro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario