miércoles, 26 de agosto de 2009

Otras cosas molestas

El último año, había actitudes de Mauro que habían comenzado a molestarme mucho. Eran cosas que pensé que con el tiempo irían a cambiar pero evidentemente, su naturaleza podía contra él.

Me sacaba que no leyera un diario. ¡Hello!, el país se esta yendo al carajo y vos no sabés quien es Alfredo de Ángeli.

Entonces, recurría a mí para que yo le explicara. En las reuniones con amigos, se hacía el que sabía del tema pero en realidad solamente repetía mis palabras ¡Qué bronca!

En marzo de 2008, ya llevaba dos meses trabajando el la obra social. Odiaba ese laburo pero el sueldo era bueno. Como llegaba tan cansada de escuchar las quejas de los pobres afiliados, no tenía ganas de limpiar. Contraté una chica para que viniera solo los jueves a hacer una limpieza profunda y el resto de las tareas las haría yo.

¿Me creen si les digo que me preguntaba por qué no la ayudaba a limpiar a la chica así estaba menos tiempo en casa y me cobraba más barato?, Aclaración: jamás puso un centavo para la mina, le pagaba yo. Anonadada, le dije que le pagaba justamente para descansar y para no tener que hacerlo yo. Me salía con que su mamá siempre ayudaba a la chica de la limpieza. Lo que yo no le podía contestar era que su madre estaba todo el día al pedo (y era insoportable), por eso podía ayudarla.

Un pequeño problemita


Dentro de todo, con Mauro teníamos valores morales bastante parecidos. Pero había una cosa fundamental en la que jamás nos pudimos poner de acuerdo. El futuro. Miles de veces, le decía que a mí me gustaría tener una familia en alguna etapa de mi vida. Él me contestaba que no se imaginaba siendo padre porque las familias tendrían que estar compuestas de hermanos, solamente. Claro, imagínense con esa manga de locos de padres y hermanos era lógico que el flaco no quisiera tener nada.

Les reconozco que yo recién me estaba estabilizando laboralmente en la obra social, alquilaba el depto, no vivíamos juntos, es decir, yo tampoco quería tener hijos en ese instante pero siempre me imaginé siendo madre.

Muy adentro mío, también pensé que cuando creciera un poco, iría a cambiar de opinión. Sobre todo, cuando la Rata tuviera chicos.

La verdad es que lo había visto interactuar con nenes pocas veces, pero en esas oportunidades observé que los trataba igual que a perros, apenas los tocaba. Pongo el ejemplo de los perros porque tampoco le gustaban.

En una oportunidad, mi amiga Clara, que estaba recién casada y con un hijo fue a Mar del Plata a visitarme. Le daba de comer al nene y Mauro se sentó al lado. El nene, jugando (obvio es un nene) tiraba el repasador y Mauro lo levantaba. Se lo tiró como 10 veces. Al rato salimos y mi novio despacito me dice “casi lo mato al pendejo, ¿Viste como tiraba el repasador?” Me armé de paciencia y le expliqué que era un juego, que era una forma de interactuar con él. Jamás lo entendió, a él sólo le pareció un borrego maleducado.

lunes, 24 de agosto de 2009

Cambio de vida

Terminé de estudiar, al fin. Después de hablarlo mucho, decidimos con Mauro que yo me fuera a vivir a Mardel. ¡Qué lindo, ya no nos íbamos a despedir los domingos!

Mauro vivía con los padres, eran insoportables. La madre super absorbente y el padre un amargo total. Debí haber mirado esos dos engendros para darme cuenta que nada bueno podía salir de ahí.

Me enfermaba que cada vez que viajaba para ver a mi novio, teníamos que dormir en cuartos separados “reglas de la casa”. Yo pensaba “vieja de mierda, el nene tiene 28 años, dejalo vivir en paz”.

Por eso estaba tan contenta cuando encontré depto. Si bien no íbamos a vivir juntos podíamos dormir juntos, hacer el amor y gritar tranquilos.

El hermano de Mauro (o la rata, mejor dicho), era un tipo despreciable. Ganaba 20 lucas por mes y a él le pagaba 400 pesos. ¿Qué clase de hermano sos? Yo soy de la teoría que por la familia, todo. Si llego a ser empresaria alguna vez, lo pongo a Pablo a atender el teléfono por 10.000 por mes y sin dudarlo. Pero también con esa familia ¿qué querés? La rata con los viejos no se hablaban hacía 4 años por una pelotudez, que no viene al caso. Esa casa era egoísmo puro.

Yo, en mi afán de amar al estilo telenovela de Thalía, pensaba que si me iba a Mardel a vivir lo iba a salvar de toda esa mierda.

Conseguí laburo en un gimnasio, era recepcionista. El dueño era un baboso amigo de la Rata. Trabajé un mes ahí, el gordo inmundo del dueño nunca me pagó un centavo. (por algo era amigo de la Rata ¿no?).

Luego laburé en una farmacia. Los dueños eran amigos de Mauro, al principio estaba todo bien pero ellos eran pareja. Se peleaban todo el tiempo y eso me molestaba muchísimo porque yo quedaba en el medio.

Un día me asaltaron. Un hijo de puta entró a la farmacia y me encañonó. Por suerte, ese día, me llamaron de una obra social para trabajar. Era en blanco, buen sueldo pero contrato temporario. De todas maneras, lo agarré.

Con mi novio nos llevábamos muy bien. A veces mirábamos a las parejas amigas y pensábamos lo bien que estábamos nosotros. En ocasiones discutíamos por el desorden en el depto. Mauro era un poco obsesivo con eso porque la madre de mierda que tenía, estaba todo el día al pedo y se la pasaba limpiando. Lo retaba cuando no hacía la cama (si, lo retaba).

Yo había cambiado mucho. En Buenos Aires, cuando vivía sola, era un quilombo. Todo tirado, no parecía una mujer. En Mardel no era “la ley y el orden” pero había mejorado un 90 %. No es porque lo diga yo, mis amigas que fueron a visitarme lo notaron. Sin embargo para mi novio, nada era suficiente.

Perdón por el lenguaje de este post, pero me acuerdo y me saco, jajaja.

Mi novio, mi ex amante, la cornuda y yo

Llegaron Piru y Meli. Imagínense por un minuto mi situación de esa noche. Yo no podía dejar de mirar a Piru y pensar, estuve con vos, de mirar a Melisa y pensar, yo te hice cornuda y de mirar a Mauro y pensar, hice todo esto pero te amo a vos.

Piru estaba un poco amargo, como siempre que estaba con melisa, se le notaba que era un fastidio para él. (En realidad cuando la conocí, fue un fastidio para todos). Era insoportable, esas novias cuidas que no dejan a sus machos un minuto en paz. En cambio, yo era super cool, jamás le dije a Mauro que no salga, por ejemplo. Yo era de la teoría de que si le prohibís algo a un hombre, lo hace con más frecuencia. Son como los chicos.

Esa noche, por la misma situación, yo enmudecí. Era lógico, no tenía nada que decir. Solamente tenía ganas de gritar y de irme de ahí, necesitaba acostarme y dejar de pensar.

En cambio, me la pasé toda la noche escuchando los planteos estúpidos que le hacía Melisa a mi ex amante.

A la vez sentía que esta situación a Mauro le iba a servir, iba a dejar de desconfiar de mí y de Piru todo el tiempo. En parte fue así.

En general, cuando Piru visitaba Mardel, Mauro se aislaba con él. Me daba mucha bronca porque al resto de los amigos los veía siempre.

Decisiones

Tenía que elegir. Mauro o Piru. Entendía los celos de Mauro pero a la vez me daba bronca. ¿Por qué tenía que elegir? Tampoco se trataba en si de tomar una determinación, sino de que Mauro no me aceptaba como era. Él me había conocido así, pero a la vez las cosas que me decía me hacían sentir muy culpable.

Me juraba que él sentía que lo estaba matando, que se imaginaba a mí y a Piru en la cama y que era re difícil para él.

Tomé la decisión una vez más, igual que en aquella mesa del bar cuatro meses antes. Le dije a Piru que me dolía un montón pero que teníamos que parar de contactarnos. Él me pidió por favor, que no lo hiciera, me dijo que me iba a arrepentir. Le expliqué que no me quedaba otra y le pedí que no me la hiciera más difícil. Dejamos de hablar.

Muchas veces, estando sola en Buenos Aires pensaba en qué andaría Piru, si seguía con Melisa, cómo estaba. Sobre todo, los días que me sentía mal. No había mejor persona para levantarle el ánimo a uno que él.

A partir de ese momento, de la decisión les digo, empezó mi transformación. Sí, aunque no lo crean. Era tal la culpa de haber lastimado (según él mismo) a Mauro que cada cosa que me pedía yo se la daba.

Me había autoconvencido de que había sido una hija de puta con mi novio. Si él hubiese hecho algo así, lo hubiera matado. Pero él no, Mauro fue muy bueno conmigo y me perdonó. ¿Qué tarada, no?

A los pocos meses, una tarde, estábamos en La Feliz. Sonó el teléfono de la casa de mi novio. Era Piru. Yo no quería ni escuchar la conversación. Piru me había traído muchos problemas y a veces Mauro todavía me recriminaba el hecho de que supuestamente, lo había hecho quedar como un boludo, con el amigo cuando lo llamó y yo estaba en su casa. (No me lo pregunten, nunca entendí de qué manera lo hice quedar como un boludo, será cosa de hombres).

Colgó el teléfono, mi miró y me dijo. “Vienen a comer Piru y Meli”.

Mauro, el indicado

Habíamos empezado una relación hermosa. Super compatibles, en todo sentido. El fin de semana siguiente, mi confusión estaba prácticamente aclarada. Viajé a Mar del Plata y ya me estaba acostumbrando a él.

Los meses que siguieron fueron complicados. Nuestra relación era más telefónica que otra cosa. Nos veíamos fin de semana por medio.

A Piru se le había ido un poco el enojo. Cada tanto, nos mandábamos mensajes para saber cómo estábamos.

Un buen día mi ex amigo personal me mandó un mensaje preguntándome cómo me estaba yendo en la facu. Al minuto me suena el celu, era Mauro. Muy contenta le conté que Piru me había escrito. No me dijo nada.

A la noche él salió al boliche. Se mamó (como era su costumbre) y me llamó 6 de la mañana por teléfono (como era su costumbre). Comenzó a hacerme un planteo, me decía que no entendía por qué seguía en contacto con Piru. Enfurecida, contesté que era mi amigo y también de él. No entendía su reacción, él me conocía así y si no fuera por Piru no nos hubiésemos puesto de novios jamás.

Un día me vine al pueblo, sola. Llegué y lo llamé a Piru. Le dije que necesitaba verlo y hablar con él. Se puso re contento de recibir noticias mías. Llegué a su casa con una novedad. Me había operado las lolas. Recuerdo que me vio y su primera frase fue se notan ehh!! Largamos la carajada los dos.

Nos sentamos y sentí que le debía una explicación. Le dije que lo de Mauro no había sido a propósito, que no fue para hacerle daño. También le expliqué que Mauro no quería que hable más con él.

Piru no me creyó esto último. Me dijo que no podía ser, que él a Mauro lo conocía y que era incapaz de prohibirme cosa semejante.

Le contesté que él lo conocía como amigo, no como pareja.

Me confesó que ellos nunca habían hablado de mí, que entre ellos se juraron nunca pelearse por una mina. Yo le dije que estaba de acuerdo, que no quería que se pelearan, pero que si Mauro se enteraba de que yo estaba ahí me iba a matar.

Ahí mismo, hicimos un pacto. Le íbamos a decir a Mauro que nos encontramos por la calle y que Piru me había invitado a tomar mate. En seguida lo llamó por teléfono.

Mi ex amante y mi actual pareja dialogaron amablemente. Luego, Piru me pasó el teléfono. Hola, dije con voz de “yo no hice nada”. Lo que recibí del otro lado fue un “después hablamos” y me cortó.

Llegué a casa y discutimos, discutimos y discutimos. Hasta que salió el famoso ultimátum. Ó él, ó yo, me dijo Mauro.

¿En qué me metí?

Ese día, chateando con Piru,le conté la verdad. Le dije que Mauro y yo habábamos decidido conocernos. Se re enojó, me dijo que era cualquiera, que era mucha coincidencia que justo me gustara su mejor amigo. Yo le contesté que no entendía por qué me hacía semejante reclamo, si al fin y al cabo, yo jamás le pedí que deje a Melisa. Nunca le pedí nada.

Dos días después, me encontraba esperando a Mauro en Retiro. Me acuerdo que pensaba ¿Qué hago acá? Estoy recibiendo a un completo desconocido que va a dormir en mi cama ¿Y si no me gusta?, que garrón.

Mauro se bajó del micro y lo reconocí en seguida. 2.05 mts y porte de jugador de básquet. Nos saludamos prácticamente sin saber qué decirnos.

Llegamos a mi depto y hablamos de su trabajo. Él laburaba en una empresa de tratamiento de aguas donde su hermano era vicepresidente.

Yo escuchaba sentada en una silla. Después él se paró y me dio un beso.

En ese momento, mi celular sonó. Por supuesto, era Piru, me decía que vayamos para su hotel.

Nos subimos en un taxi, abrazados como novios de toda la vida. Me sentía totalmente extraña, tenía la sensación de ¿qué estoy haciendo? todo el tiempo.

Llegamos al hotel y ahí estaba Piru. Peor. Tenía ganas de salir corriendo.

Fuimos a un barcito cerca de ahí y nos sentamos los tres. Por un lado tenía el pasado, mi mentor, la persona que me sacó muchos miedos, el amigo perfecto. Por otro, el futuro, una pareja estable, lo que yo buscaba y que no sabía si iba a funcionar.

Piru se portó re bien, hablamos de todo los tres, como en el Chat. A la hora, me fui con Mauro a casa, más confundida que nunca.

sábado, 22 de agosto de 2009

Yendo a meditar con Kung Fu


Estaba confundida. ¿Por qué pasan estas cosas? ¿Nunca les pasó que hayan pensado algo, tomado una decisión y justo a último momento sucede otro acontecimiento que les hace dudar de todo lo meditado?

Yo ya no creía en “es mejor malo conocido que bueno por conocer”. Mauro era más serio que Piru y éste se había olvidado por dos meses de mí. No es que con Piru no quería hablar más, al contrario me encantaba tenerlo de amigo pero no quería estar más con el. De todas formas, él no lo iba a entender porque estábamos acostumbrados a vernos y a estar juntos.

Finalmente decidí llevarme por lo que me dictara el momento. Llegó el fin de semana junto con Piru. Estuvimos desencontrados, recién nos cruzamos a la salida del boliche 6 de la mañana.

No fuimos juntos, y mientras estábamos teniendo sexo pensaba que estaba todo bien pero que ya no quería eso. Igual, la pasamos bien, charlamos de todo. Lo sentía como un amigo que quería tener toda la vida.

Entre todo lo que hablamos, charlamos de Mauro. Piru me decía que era un capo. Yo le conté que nos contactábamos por teléfono pero omití los palos que nos tirábamos los dos.

Piru se fue y mi fijación con la verdad, me obligó a ser sincera con Mauro. Lo llamé y le conté que había estado con Piru pero que una parte de mi estaba arrepentida. Me contestó que me entendía.

Los días siguientes me volví a Capital, chateábamos con Mauro como siempre, ya queríamos conocernos y ver qué pasaba entre nosotros.

A Piru me lo encontré en el messenger y contento, me explicaba como quería zafar de su coach para venir a dormir a mi departamento. Claro, lo que me faltaba, él también venía el 17 de febrero. Lo que me asombró más es que evidentemente, Mauro no había hablado con mi ex amante, sino éste no me estaría proponiendo nada. Sin dudas yo estaba en aprietos.

viernes, 21 de agosto de 2009

Buscando reemplazante


Lo único que sabía de Piru era por Mauro. Me enteré que estaba bien, jugando el torneo y Melisa se había ido por bastante tiempo a pasar las fiestas de fin de año.

Éramos re amigos con Mauro a tal punto que nuestro tema en común, (que era Piru) se había prácticamente desvanecido. Charlábamos sobre un montón de cosas y también nos pasamos nuestros números de celulares. Dos por tres nos llamábamos por teléfono.

Pasó la navidad y el año nuevo y seguía en la misma situación con respecto a Piru. Mauro me había llamado para ambas fiestas y chateábamos siempre.

Hasta que me di cuenta. Me gustaba que me llamara. Había alguien que sí se acordaba de mí

Me parecía una locura, ¿podía ser que el hombre de mi vida sea el mejor amigo de mi mejor amante? Tenía sentimientos encontrados. Por un lado, necesitaba frenar, parar. Quería tener pareja, compañía. Piru no era y nunca iba a ser ese hombre y yo era una mina simple. En general medito mucho las cosas antes de decirlas y hacerlas. Si te digo andáte a la mierda, te estoy diciendo justamente eso.

Igualmente, lo de Mauro era cualquiera. Él vivía en Mar del plata y yo en Buenos Aires. Una relación a distancia no era lo que buscaba. Y aparte, nunca lo había visto. Sabía que medía 2.05 mts y que jugaba al básquet. Me mandó una foto que estaba con unas gafas. Parecía lindo.

Siempre hablábamos de vernos personalmente. Hasta que un día pusimos fecha. La idea era conocernos el fin de semana del 17 de febrero en Buenos Aires.

Los últimos días de enero, lo encuentro a Piru conectado. Obvio que hice mi técnica, esperé que me hablara. Hasta que me saludó. Chateamos bastante hasta que me dio la noticia. Venía al pueblo el último fin de semana de enero y yo todavía iba a estar acá.

jueves, 20 de agosto de 2009

Lo bueno dura poco...

Antes de volverme a Capital, pase por todo el horror de la despedida con Piru, de nuevo… ¡Qué garrón!

Otra vez a extrañarlo, otra vez todo. Nos íbamos a mantener en contacto, si, pero estos días que había pasado con él, me habían hecho pensar que tenía ganas de tener pareja. Al final, pasaba un fin de semana bueno cada muerte de obispo. Tenía ganas de sostener esa sensación durante más tiempo. Él no era el ideal como pareja pero… era lo que había. Igualmente, no. Estaríamos a la distancia, se que Piru es lo más pirata que existe, no... no da.

Un día lo llamé por teléfono. Me contó que el campeonato en el pueblo había terminado, que lo convocaron de un club a 500 km y se había ido allí por el verano.

En general, las personas que éramos del pueblo y estudiábamos, no necesitábamos trabajar en el verano para mantenernos. El verano eran vacaciones, puras vacaciones. Lo que nunca imaginé es que éste iba a armar equipaje y se iba a ir a otro lugar. Eso significaba, además, que pasaría mi “summer time” en compañía de mis amigas solteras, las pocas que quedaban. Justo ahora que quería tener novio. Aparte en el pueblo no había nadie que me gustara, nos conocíamos todos con todos y en Buenos Aires se complicaba conocer a alguien. En los boliches se consiguen transas, no novios.

Luego de la charla pasaron varios días. No sabía nada de él, ¿Dónde se metió?, No me quiere hablar, pensaba yo. Después le pregunté a Mauro y me tranquilicé. Él tampoco sabía nada. Usó la expresión “está re cortado”. Se me ocurrió que es buenísimo tenerlo a Mauro de amigo porque así me entero cosas de Piru.

Pasaron dos meses, ni Mauro ni yo sabíamos nada. A Piru se lo había tragado la tierra.

Batman y Batichica

Me atendió uno de los chicos que vivía con Piru, él estaba en su habitación. Llegué al cuarto, lo vi tirado en la cama y me abalancé sobre él con un gran “holaaaaaaa”. En seguida cerramos la puerta y ovbio, pasó.

A la noche repetimos el encuentro, pero esta vez me quedé dormir. Claro, mi casa estaba repleta de parientes que venían desde lejos al cumpleaños de mi abuela. A las 10 de la mañana y con todo el pelo revuelto, me levante, me calcé las gafas y salí para mi casa.

El cumpleaños fue en un barco, por lo que nos llevó todo el día la fiestita.

A la tarde, Piru fue a casa, yo estaba recién bañada. Quedamos en mirar una película a la noche. La diferencia fue que su entrenador se iba de la ciudad así que él se había comprometido a cuidar su casa.

Se hacía la hora y yo zafé de todos los familiares que querían llevarme hasta mi destino. Por supuesto, jamás dije a mi familia que había dormido en lo de Piru, sino que me quedaba en lo de mi amiga Virginia.

Llegué a la casa del coach y ahí me esperaba mi amor momentáneo para nuestra última noche. Yo me iba al día siguiente y otra vez, sin fecha de regreso.

Cuando me abre la puerta observé que había puesto el colchón que correspondía a la pieza, en el piso frente a la tele. Íbamos a ver el hit del momento, Río místico. Bha, ver… ver un ratito ya que nos divertíamos más haciendo otra actividad, me entienden, ¿no?

Empezamos a ver la peli y en eso veo una sombra pasar sobre nosotros

Mariana

¿Viste eso?

Piru (Hablando de la película)

Si, el tipo es el mismo que estaba al principio

Mariana

No, no, esa sombra ¿no la viste?

Piru (riéndose)

¡Vos estás re loca!

A los dos minutos una cosa negra aletea por sobre nosotros

Mariana (gritando desaforada)

Es un murciélago, por favor, sácalo

Piru (asustado)

No, sacalo vos

Mariana (llorando)

¿Me estas jodiendo?, yo mido un metro y medio y vos dos. Te lo pido por favor, sácaloooooooooo

Piru

Pará de gritar que nos van a echar a la mierda los vecinos.

Una vez calmados, teníamos que aunar fuerzas para sacar el bicho de esa casa o liquidarlo. Primero Piru, logró encerrarlo en la cocina. Los dos pensamos que habíamos solucionado el tema, pero como la puerta era corrediza, el murciélago se hizo chatito y volvió a acosarnos. Luego de una hora y media. Piru logró apretarlo con un balde contra la ventana y yo fui la encargada de corroborar que estuviera muerta la rata con alas.

Jamás no enteramos como terminó Río Místico ni tuvimos sexo. Quedamos agotados con la cacería.

Esa fue mi última noche.

sábado, 15 de agosto de 2009

Match perfect

Al día siguiente, encontré a Piru por Messenger. Por supuesto, esperé a que él me hable. Es una regla que mantengo con todos los chicos. No me gusta acosarlos por Internet, así que espero que ellos tomen la iniciativa. Reconozco que también por esta simple prueba, mido el interés de los flacos hacia mí.

En este caso, al segundo que inicié sesión, Piru me saludó. Me preguntó como estaba mi hermano, que había dicho de “nuestra situación”. Le contesté que se quedara tranquilo, que estaba todo bien. También me escribió que no sabía si iba a salir porque no tenía con quien y como no me invitó a su casa le dije que yo iba a ir a bailar.

Hice la previa en la casa de unos amigos y me fui al boliche. En la entrada, paradito y sólo, me estaba esperando. ¡Casi me muero, que divino!, no tenía con quien salir y lo hizo igual para verme. No me podía hacer la desentendida, él no estaba con sus amigos. Lo saludé con mi mejor sonrisa y nos sentamos a charlar en una mesa. Cabe destacar que el diálogo no fue mayor a 15 minutos. Nos fuimos a su casa y repetimos la genial experiencia de la noche anterior. Hablábamos mucho de sexo y me encantaba. En general, las mujeres no podemos hablar libremente de sexo con los hombres porque tenemos miedo de que piensen “Uh, esta chica tiene más pasadas que la calle 9 de Julio”, cuando en realidad, queridos, tenemos las mismas necesidades que ustedes y queremos decirles los que nos gusta así lo hacen. Así de simple.

Obvio, volví a mi casa con los pelos desastrosos a las 8 de la mañana.

Nos veíamos casi todos los días, menos los lunes. Ese día se juntaba con el resto del team a jugar a T.E.G, así que ya sabía que los lunes no eran míos.

Entre los temas que charlamos los días siguientes, estaba su relación con Melisa. Me dijo que no estaba seguro de que el hijo de ella sea de su ex, que la quería pero que no sabía bien por qué seguía con ella. Yo le conté mis experiencias anteriores. Éramos como “Fuck Buddies”.

Un buen día, encuentro en mi Messenger un pedido de autorización de una dirección de correo desconocida para mí. En general, en el msn sólo tengo gente que conozco y con la que acostumbro chatear. Lo llamativo de esta dirección era que había un nombre, Mauro, un apellido (que no viene al caso) y finalizaba en mdp. Pensë Mar del Plata, Piru… Dejo el contacto, cuando le pregunte él me dirá.

Le pegunté. Me respondió que era su mejor amigo Mauro, que era re piola y que lo acepte. Mauro ya sabía de nosotros. Así que lo agregué. Muchas veces, hablábamos los tres, Piru, Mauro y yo. Mauro nos decía “Che, ¿por qué están separados, chateando uno en cada PC en vez de verse?,

Y yo le contestaba “Es que tu amigo es un dormido”, y Piru largaba esas frases amenazantes con connotación sexual “Ya te voy a agarrar”. Desde ahí, Mauro, también era mi amigo.

Llegó el día de irme a Buenos Aires, eran las vacaciones de invierno más largas que había tenido. No me quería ir. Si bien sabía que Piru no era para mí, sentía que lo iba a extrañar mucho. No tenía fecha de regreso y eso me mataba.

Me vino a despedir a casa. Me abrazó y me dio un beso largo en la calle, podíamos pasar por cualquier pareja que se despide, sólo que no era mío y no me podía quejar al respecto porque nunca me había prometido nada. Junté fuerzas y me fui.

Los días siguientes nos escribimos mensajes y chateábamos todo el tiempo. Me acuerdo que el primer mensaje se lo mandé yo el día que había llegado a Capital a las 12. El texto decía “Hola, ya llegué”, ¿Cómo estás? Y me respondió “Hola bb, ¿cómo estás?, te extraño, ¿ahora con quién peleo?. Esa era nuestra dinámica, pelearnos por quién sabía más de inglés, por ejemplo, o me discutía que yo era una pueblerina y yo le contestaba que él vivía en el pueblo y yo en Capital Federal y nos matábamos de risa de todo.

Algunas semanas él me avisaba que no le escriba porque Melisa iba para el pueblo, así que él me iba avisar cuando ella se fuera. Lo re extrañaba esos días. Muchas veces pensé que estaba enamorada de él pero muy dentro de mí sabía que era el mejor amante pero el peor novio. Si lo había conocido metiéndole los cuernos a ella ¿por qué conmigo iba a ser diferente?

Nos mantuvimos en contacto el mes y medio que no nos vimos. Hasta que por fin, era el cumpleaños número 80 de mi abuela y se lo íbamos a festejar a lo grande. Así que tenía que venir a casa.

El colectivo llegó acá a las 7 de la mañana y yo quería que sean las 12 ya. ¡Quería verlo!, los días habían pasado re lento en Capital. Se hizo la hora de mandarle un mensaje y le dije que había llegado. Me dijo que a las 15 vaya para su casa. Me produje y me depilé todas las partes habidas y por haber, a eso él le gustaba. Llegue a su puerta y toqué el timbre.

jueves, 13 de agosto de 2009

Mi amigo personal II


Eso fue lo que pensé la primera vez que entré a la casa de Piru, que tenía un hijo. Hasta que mi hermano me contó la historia completa. Piru se había puesto de novio con Melisa y a los dos meses ella se dio cuenta de que estaba embarazada de otro. De todos modos siguieron con la relación. (Bha relación). Ella vivía en Mar del Plata y él, por el deporte, en el pueblo.
Después de esa noche, yo me tenía que autoconvencer de que este pibe no me gustaba. En realidad si le tendría que poner una calificación como pareja, sin dudas era cero, pero como les expliqué, en ese momento yo quería divertirme.
Igualmente, me tenía intrigada si él sentía esta terrible atracción por mi, esa de la que me tenía que autoconvencer que yo no sentía por él. Qué se yo... para saber aunque sea!
La vez anterior que yo había estado en el pueblo no había podido ver jugar al equipo porque me fui a Buenos Aires un día antes del partido, tenía que rendir. La cuestión, es que como nunca había visto un juego de ellos, una tarde que Piru estaba acá y yo me hacía la distraída me invitó al entrenamiento.
Fui, error. Lo vi con la pelota, noooooo, me gusta, nooooo, me encanta!! ¿Por qué?, ¿qué necesidad tengo de complicarme la vida así?, soy libre, puedo estar con un chico que no tenga "compromisos". Era tarde, esa fue la confirmación. Nadie se tiene que enterar de este pecado, no lo pienso comentar con nadie.
Un jueves, fuimos con mi hermano y su novia a la noche a jugar a las cartas a la casa de los chicos. La verdad, no necesité contarle a nadie. La onda entre nosotros dos se notaba y mucho. Ese día quedamos en salir todos juntos el viernes. Nos íbamos a juntar en la casa de ellos a hacer la previa. Yo dije "listo, mañana me tiro el ropero encima, quiero ser irresistible pero si me la mando, nadie se tiene que enterar. No quiero problemas".
El viernes por la tarde, me encontraba caminando en el centro. Pensé voy a comprar un vino espumante para la reunión de hoy. Alzo la vista y veo un cuerpo de 1.98 dirigiéndose hacia mí. Por Dios, que bueno está.
Piru
¿Qué hacés? (me da un beso)

Mariana (con toda la cara de idiota y baboséandome)
Iba al super a comprar unos vinos para esta noche

Piru
¡Qué bueno!, yo también. ¿Vamos juntos?

Mariana (intentando no demostrar demasiada emoción)

Siii, Vamos!

Mientras íbamos al supermercado charlábamos de todo: música, bebidas que nos gustaban a los dos, la relación de mi hermano y mi cuñada, todo.... Compramos el alcohol y el tenía un bolso, donde pusimos los vinos, porque en una hora tenía que entrenar. Así que le ofrecí que vayamos hasta mi casa a dejar las botellas y a hacer tiempo. A lo que me respondió que si, que se iría después al club con mi hermano.
A media cuadra de casa, seguíamos chusmeando hasta que me dice

Piru
Viste que feo cuando entrás a una casa, sacás las bolsas del super y se hacé evidente que llevás alcohol cuando las botellas hacen tilín tilín

Mariana (a las carcajadas)
Siiii, me pasó un montón de veces!

Llegamos a casa, abro la puerta, subimos tres escalones que hay en la entrada y de repente empiezo a ver muchas caras. Mamá, papá, pablo, su novia y la madre de su novia. Eran esas situaciones que faltaba que dijera "mamá, papá, mi novio". Por favor, la cara de mi mamá como diciendo de donde venís y por qué con él. Mi hermano desencajado.
Saludamos y le digo: "Vení, Piru, pongamos las cosas en la heladera".
Saca las botellas del bolso y se escucha TILÍN-TILÍN. Él estaba de espaldas hacia la mesa donde mi familia estaba sentada y puso una cara de "no me puede estar pasando esto".
Terminamos de acomodar y bajamos hacia el estudio donde tenía la PC.
Luego subió y se fue a entrenar.
Cuando se fue, automáticamente empecé con la super producción, ropa, maquillaje, todo tenía que ser impecable. Me puse mi atuendo preferido y salí. Hicimos la previa en su casa riéndonos todos como locos, y, por supuesto, disfrutando las botellas de vino que habíamos comprado. Debo admitir que me puse bastante alegre y él también.
Llegamos al pub, el se sentó en una banqueta. Charlamos hasta que me encajó un beso increíble. Obviamente que no teníamos el manto invisible. Fue delante de todos, de todos los que no tenían que enterarse.
A la media hora, estábamos en su casa, solos. Pasó lo que tenía que pasar y disfruté como nunca había disfrutado. No me importaba nada, no sentí vergüenza. Estar con Piru, en parte, era como estar en casa. Así me hacía sentir, como si nos conociéramos de toda la vida.
Después nos quedamos charlando

Piru
Me siento re mal por tu hermano, no se le hace esto a un amigo

Mariana
Pero dejate de joder, mi hermano no es celoso, que no se venga a hacer el cuida ahora

Piru
Te juro que me da cosa pero a la vez no me importa porque quería estar con vos

Eran las 8 y yo tenía que venir a dormir a mi casa. A pesar de su insistencia para que me quede con él, me fui. Tenía terrible sonrisa en la boca, sentí que todo era genial. No quedamos en vernos ni arreglamos nada. "Dios, dirá" pensé, mientras me tomaba un taxi.

martes, 11 de agosto de 2009

Mi amigo personal

A veces siento que empecé a vivir desde que lo conocí a Piru. La verdad es que mi pareja con Fransico me había preparado para muchas cosas. A los 17, Mariana ya era lo que comunmente llamamos "cornunda consciente". Ya había sido totalmente manipulada por este niño. Me engañaba, me pedía perdón y yo volvía. No hay mucho más para decir de loser nubmer one, excepto que me educó.
Desde los 18 hasta el día de mi fundación, agosto de 2004, ya había pasado por varias relaciones fugaces. Esas del tipo "te llamo" y nunca más.
A los 24 me encontraba en un momento de "ya se como son las cosas" y había aprendido que me podía divertir con alguien sin tener una relación de pareja. Lo que odiaba y ese sentimiento me dura hasta la actualidad, es el chamuyo de los hombres. Los que me habían tocado hasta el ahí te prometían hasta casamiento con el sólo hecho de acostarse con una. Yo siempre pensaba ¿qué necesidad? Ahí entró Piru.
Luego de tocar la puerta de mi casa y que me resultara un pesado, comencé a frecuentar más a Piru y al resto de los jugadores de basquet. Como estaban en el equipo de mi hermano era fácil que vinieran a casa y nosotros a la de ellos.
Una noche, salí con una amiga al boliche de moda del momento, lo cual me parecía una gran mierda despues de haber conocido lugares como Rivera Este o Buenos Aires News, pero era lo que había.
Me crucé con Piru varias veces durante la noche y siempre tenía algo para decirme. Un comentario sobre la música, lo que estaba tomando...algo. Casi terminando la noche nos pusimos a charlar cara a cara y descubrimos la cantidad de cosas que teníamos en común. La típica...
Me subí al auto con mi hermano y su novia tratándo de autoconvencerme de que no me podía gustar Piru. No. Tenía novia y un hijo.

lunes, 10 de agosto de 2009

Sobre gustos...

Tengo que reconocerles algo... me gusta mucho, mucho el basquet. Es un deporte que en mi casa se respira desde que tengo uso de razón. Es por mi hermano, Pablo. El fue un gran jugador hasta que se fue a estudiar a Buenos Aires a los 18 años. Somos petisos los dos, pero él siempre fue la estrella deportiva de casa y yo una simple ojota. Cuando dije que me gustaba el baloncesto, quise decir que en realidad me gusta mirar como juegan los demás.
Y he aquí mi primer desgracia, de los 7 hombres con los que estuve sexualmente, 4 son jugadores de basquet. Me gustan los pivotes generalmente, que son los chicos altos que se paran cerca del aro y las meten todas, jajaja.
Mi primer novio medía 1.88 cm, el segundo, 2.05 cm y el tercero 1.96 cm. Se preguntarán quién es el restante. No fue una pareja mía sino más bien un "amigo personal", Piru. Él me esneñó todo lo que se sobre el gemio basquetbolístico, entre otros trucos.
Tienen algo especial, son muy buenos amantes pero jamás tenés que tomarlos en serio. Y estoy parafraseando a Piru. Él siempre me decía "Nunca te pongas de novia con un jugador". Fueron las palabras más sabias que escuché de él. El problema es que no le hice caso.
A Piru lo conozco desde el 2004. Yo vine de vacaciones unos días a ver a mi familia y parte del equipo donde jugaba Pablo tocó la puerta de casa. Yo me estaba bañando. Luego de vestirme vine al comedor y allí estaban 5 "lungos". Y yo en la gloria de ver carne fresca y de la buena. El único que hablaba era Piru y a los dos minutos me pareció insoportable. Él era de Mardel, y no dejaba de empezar todas su frases con un "En Mar del Plata hay Mc Donald`s,", "En Mar del Plata hay muchos negocios de ropa", "En Mar del Plata...". Dentro mío pensaba "Dios.. por qué no te quedaste en Mar del Plata si te gusta tanto, al fin y al cabo viniste a este pueblo porque un club de ACÁ te está dando de comer". Un pesado.
A mi primer novio, lo conocí en el colegio, era mi compañero de curso. Recuerdo que con mis amigas de ese momento (algunas todavía conservo y a otras no) juramos y re juramos que JAMÁS nos pondríamos de novio con un "compañerito", justamente por eso, porque nos parecían "losers" a los que no les daríamos bola porque estábamos esperando que los "más grandes" nos presten atención.
Yo rompí la regla y me puse de novia con Fransico, el remador. Yo no le daba ni la hora y el pibe atrás mío y atrás mío. Hasta que un día me ganó por cansancio. Y me metí hasta el caracú, ovbio. Salí tres años con él, dos y medio me la pasé llorando. Fue mi primer todo, hasta mi primer Hijo de P....
De más esta decirles... jugaba al basquet.

Yo, el resúmen

Hola, mi nombre es Mariana. Vivo en un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires. Si, si, en uno de esos que nos conocemos toooodos con tooodos y por esta razón voy a reservar su nombre.
¿Por qué este blog? Les voy a ser honesta: hace dos semanas mi amiga Naty me dijo: "no puede ser que te pasen todas estas cosas deberías escribir un blog". Ayer mi amiga Ángeles también me sugirió lo mismo. Quiero aclararles que entre ellas dos no se conocen, jajaja. Y dije bueno, mi trabajo es un desastre y tengo mis tardes libres. Soy periodista, para lo cual estudié mucho en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para luego seguir al sapo número dos de mi vida a Mar del Plata. Igualmente no nos adelantemos ya vamos a llegar juntos ahí.
Hago el servicio informativo para una radio muy conocida de acá. El trabajo me gusta pero me pagan la miseria de 600 pesos. Eso implica levantarme 5.30 para retirarme a la 1. Cabe destacar que hace un año que trabajo allí y jamás me subieron un misero centavo, que estoy en negro y que no tengo fecha exacta de cobro. O sea, olvídense del famoso te pago del 1 al 10 de cada mes, porque noooo!
Mi jefe,Juan, uno de los conductores, cae borracho tres de los cinco días que tiene la semana, tengo que aguantar sus idioteces y puteadas toda la mañana. Mi jefa, la mujer de Juan, que se llama Ana, es la típica cornuda consciente. Yo no se si no le importa o se hace la que no le importa. Ella de lo único que sabe, habla, opina y demás, es de política.
Al principio, cuando vi que Juan era de esa manera, terrible "pirata" digo, me daba lástima ella pero cuando la conocí pensé, claro, por Dios, si esta mina es una piedra total, debe estar todo el día hablando de política, monotemática. Ovbio que nada justifica los cuernos de esta mujer, lo que no alcanzo a enteder es por qué rayos siguen juntos.
Hace un año que llegué acá, después de 10 de vivir afuera del pueblo. Vine de "La Feliz" con el corazón roto y nada que perder.
Por estos días me estuve replantenado como es que llegué a este momento de mi vida, en esta situación calamitosa. La laboral ya se las conté, queda la amorosa.
A lo que voy es que cuando tenía 15 años, ya sabía que quería ser periodista, formar una familia como la que tuve y tengo, trabajar en el New York Times. Son esas cosas que te dicen de chica como que el príncipe azul te va a venir a buscar en un caballo blanco. ¡Qué pavada! algunos muertos con los que salí ¡ni bicicleta tenían!
La verdadera cuestión es que de ese pensamiento que tenía a los 15 no estoy ni cerca. No tengo un buen trabajo, menos que menos en el New York Times, ni vino mi príncipe azúl ni nada por el estilo. Soy una mujer de 28 años, soltera, fracasada laboralmente y con todas sus amigas(menos una)"acomodadas" o "con la vaca atada", como prefieran.
La mayoría de mis chicas, (mis amigas) ya conviven o convivieron. Yo jamás. No tuve oportunidad de llegar a esa instancia, tampoco es que no quise.
Simplemente no se qué demonios quieren los hombres de hoy. Bha, lo supongo... Hoy quieren todo, tener novia, amante, salir de joda con los muchachos y tener la comida lista cuando lleguien a casa. Creo que su argumento es ¿por qué elegir si podemos tener todo?
Dicen que uno no puede tener lo que quiere hasta que NO SABE lo que quiere. Lo que yo quiero es tener una relación donde tiremos juntos los dos, quiero alguien que no salga corriendo cuando las cosas se pongan difíciles, quiero un hombre divertido (fundamental que me haga reir) FIEL (va con mayúsculas debido a la cantidad de "piratas" que se pueden encontrar hoy en día), y que miren otras mujeres pero que al final se queden con la que tienen en casa. Que tomen una decisión ¿Será una utopía?