lunes, 24 de agosto de 2009

¿En qué me metí?

Ese día, chateando con Piru,le conté la verdad. Le dije que Mauro y yo habábamos decidido conocernos. Se re enojó, me dijo que era cualquiera, que era mucha coincidencia que justo me gustara su mejor amigo. Yo le contesté que no entendía por qué me hacía semejante reclamo, si al fin y al cabo, yo jamás le pedí que deje a Melisa. Nunca le pedí nada.

Dos días después, me encontraba esperando a Mauro en Retiro. Me acuerdo que pensaba ¿Qué hago acá? Estoy recibiendo a un completo desconocido que va a dormir en mi cama ¿Y si no me gusta?, que garrón.

Mauro se bajó del micro y lo reconocí en seguida. 2.05 mts y porte de jugador de básquet. Nos saludamos prácticamente sin saber qué decirnos.

Llegamos a mi depto y hablamos de su trabajo. Él laburaba en una empresa de tratamiento de aguas donde su hermano era vicepresidente.

Yo escuchaba sentada en una silla. Después él se paró y me dio un beso.

En ese momento, mi celular sonó. Por supuesto, era Piru, me decía que vayamos para su hotel.

Nos subimos en un taxi, abrazados como novios de toda la vida. Me sentía totalmente extraña, tenía la sensación de ¿qué estoy haciendo? todo el tiempo.

Llegamos al hotel y ahí estaba Piru. Peor. Tenía ganas de salir corriendo.

Fuimos a un barcito cerca de ahí y nos sentamos los tres. Por un lado tenía el pasado, mi mentor, la persona que me sacó muchos miedos, el amigo perfecto. Por otro, el futuro, una pareja estable, lo que yo buscaba y que no sabía si iba a funcionar.

Piru se portó re bien, hablamos de todo los tres, como en el Chat. A la hora, me fui con Mauro a casa, más confundida que nunca.

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