sábado, 15 de agosto de 2009

Match perfect

Al día siguiente, encontré a Piru por Messenger. Por supuesto, esperé a que él me hable. Es una regla que mantengo con todos los chicos. No me gusta acosarlos por Internet, así que espero que ellos tomen la iniciativa. Reconozco que también por esta simple prueba, mido el interés de los flacos hacia mí.

En este caso, al segundo que inicié sesión, Piru me saludó. Me preguntó como estaba mi hermano, que había dicho de “nuestra situación”. Le contesté que se quedara tranquilo, que estaba todo bien. También me escribió que no sabía si iba a salir porque no tenía con quien y como no me invitó a su casa le dije que yo iba a ir a bailar.

Hice la previa en la casa de unos amigos y me fui al boliche. En la entrada, paradito y sólo, me estaba esperando. ¡Casi me muero, que divino!, no tenía con quien salir y lo hizo igual para verme. No me podía hacer la desentendida, él no estaba con sus amigos. Lo saludé con mi mejor sonrisa y nos sentamos a charlar en una mesa. Cabe destacar que el diálogo no fue mayor a 15 minutos. Nos fuimos a su casa y repetimos la genial experiencia de la noche anterior. Hablábamos mucho de sexo y me encantaba. En general, las mujeres no podemos hablar libremente de sexo con los hombres porque tenemos miedo de que piensen “Uh, esta chica tiene más pasadas que la calle 9 de Julio”, cuando en realidad, queridos, tenemos las mismas necesidades que ustedes y queremos decirles los que nos gusta así lo hacen. Así de simple.

Obvio, volví a mi casa con los pelos desastrosos a las 8 de la mañana.

Nos veíamos casi todos los días, menos los lunes. Ese día se juntaba con el resto del team a jugar a T.E.G, así que ya sabía que los lunes no eran míos.

Entre los temas que charlamos los días siguientes, estaba su relación con Melisa. Me dijo que no estaba seguro de que el hijo de ella sea de su ex, que la quería pero que no sabía bien por qué seguía con ella. Yo le conté mis experiencias anteriores. Éramos como “Fuck Buddies”.

Un buen día, encuentro en mi Messenger un pedido de autorización de una dirección de correo desconocida para mí. En general, en el msn sólo tengo gente que conozco y con la que acostumbro chatear. Lo llamativo de esta dirección era que había un nombre, Mauro, un apellido (que no viene al caso) y finalizaba en mdp. Pensë Mar del Plata, Piru… Dejo el contacto, cuando le pregunte él me dirá.

Le pegunté. Me respondió que era su mejor amigo Mauro, que era re piola y que lo acepte. Mauro ya sabía de nosotros. Así que lo agregué. Muchas veces, hablábamos los tres, Piru, Mauro y yo. Mauro nos decía “Che, ¿por qué están separados, chateando uno en cada PC en vez de verse?,

Y yo le contestaba “Es que tu amigo es un dormido”, y Piru largaba esas frases amenazantes con connotación sexual “Ya te voy a agarrar”. Desde ahí, Mauro, también era mi amigo.

Llegó el día de irme a Buenos Aires, eran las vacaciones de invierno más largas que había tenido. No me quería ir. Si bien sabía que Piru no era para mí, sentía que lo iba a extrañar mucho. No tenía fecha de regreso y eso me mataba.

Me vino a despedir a casa. Me abrazó y me dio un beso largo en la calle, podíamos pasar por cualquier pareja que se despide, sólo que no era mío y no me podía quejar al respecto porque nunca me había prometido nada. Junté fuerzas y me fui.

Los días siguientes nos escribimos mensajes y chateábamos todo el tiempo. Me acuerdo que el primer mensaje se lo mandé yo el día que había llegado a Capital a las 12. El texto decía “Hola, ya llegué”, ¿Cómo estás? Y me respondió “Hola bb, ¿cómo estás?, te extraño, ¿ahora con quién peleo?. Esa era nuestra dinámica, pelearnos por quién sabía más de inglés, por ejemplo, o me discutía que yo era una pueblerina y yo le contestaba que él vivía en el pueblo y yo en Capital Federal y nos matábamos de risa de todo.

Algunas semanas él me avisaba que no le escriba porque Melisa iba para el pueblo, así que él me iba avisar cuando ella se fuera. Lo re extrañaba esos días. Muchas veces pensé que estaba enamorada de él pero muy dentro de mí sabía que era el mejor amante pero el peor novio. Si lo había conocido metiéndole los cuernos a ella ¿por qué conmigo iba a ser diferente?

Nos mantuvimos en contacto el mes y medio que no nos vimos. Hasta que por fin, era el cumpleaños número 80 de mi abuela y se lo íbamos a festejar a lo grande. Así que tenía que venir a casa.

El colectivo llegó acá a las 7 de la mañana y yo quería que sean las 12 ya. ¡Quería verlo!, los días habían pasado re lento en Capital. Se hizo la hora de mandarle un mensaje y le dije que había llegado. Me dijo que a las 15 vaya para su casa. Me produje y me depilé todas las partes habidas y por haber, a eso él le gustaba. Llegue a su puerta y toqué el timbre.

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