sábado, 12 de septiembre de 2009

Señales

No encontraba trabajo. Todos los días abría el maldito diario y nada. Mi tiempo se estaba acabando. Mi papá y mi hermano querían que me vuelva al pueblo y yo eso lo sentía como un retroceso.

Si bien, en ese momento no tenía ganas de atravesar ninguna situación sentimental porque terminaba de salir de una que apenas había entendido, sabía que el pueblo era una muerte en ese sentido. Los conocía a todos los que estaban acá. Los mejores ya estaban acomodados y los que no, eran la lacra que por piratas, jodían a las minas como yo.

Me angustiaba el tema de volverme también por el trabajo. No conseguía trabajo en Mardel, menos en el pueblo.

Mis chicas marplatenses no querían que volviera, las de capital estaban divididas.

Le pregunté a Piru que hacer y él me decía que lo pensara, que lo veía como un retroceso pero que por ahí podría llegar a ser bueno.

Empecé a prestar atención a ciertas cosas que me pasaban alrededor. Un día en una cena con las chicas, dos pibes se pusieron a discutir. El tema era si un buen Currículum prevalecía a un buen contacto. Llegaron a la conclusión de que si. Yo tenía contactos en el pueblo más no en La feliz. Lo tomé como una señal.

Después de eso, el repartidor del diario no me lo trajo por 4 días. Fui a reclamar y se había confundido. Otra señal.

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